Una guerra desgraciada… así el entonces presidente mexicano Manuel de la Peña y Peña calificó al conflicto bélico entre México y Estados Unidos. Si bien, se dice que la conflagración concluyó después la batalla de Chapultepec, existieron todavía enfrentamientos aislados que prevalecieron.
Entre tanto, las pláticas entre ambos gobiernos se iniciaron poco después de septiembre de 1847, el gobierno mexicano se trasladó a Querétaro junto con el Congreso ya que la Ciudad de México estaba ocupada por las tropas estadounidenses.
En esta localidad se sentaron para afinar detalles que precedieron a los Tratados de Guadalupe-Hidalgo, a este antecedente se le conoce como el Protocolo de Querétaro que ocasionó ciertas fisuras en la administración de James K. Polk debido a los debates sobre la adquisición de todo México y las diferencias entre los demócratas sobre la esclavitud ejercida en los nuevos territorios que acorde con la cláusula Wilmot no se debiese permitir.[1]
Samuel Houston propuso que no fuese todo el país, si no los territorios estaban en al norte del paralelo 22º incluidos Tampico, San Luis Potosí y se mantuviesen en san Juan de Ulúa. Mientras que Jefferson Davis representante por Mississippi pretendía que se incluyeran Coahuila, la mayor parte de Nuevo León y Tamaulipas, y, una buena porción de Chihuahua.
La polémica entre los distintos grupos estadounidenses en el Congreso comenzó a generar conflictos entre las distintas facciones estadounidenses; los expansionistas temieron perder lo ganado, o, que este alargamiento llevase a perdida de la presidencia en las urnas por parte de los demócratas.
En cuanto, a la indemnización se calculó que 15 millones (unos $595,376,582.289 actuales) serían suficientes para México y señalaron que estaban siendo generosos con esta cifra que no fue pagada en su totalidad. Se planeó hacer la entrega en parcialidades, primero tres millones y después en tres distintos momentos el resto de los doce millones.
Alfredo Ávila menciona que de la cantidad mencionada sólo “fueron seis millones de dólares, tres que se pagaron de inmediato al gobierno mexicano, y otros tres que se liquidaron en pagos anuales, con un interés. Además, Estados Unidos pagó cinco millones de dólares más a ciudadanos estadunidenses que tenían reclamaciones contra el gobierno de México.”[2]
Estados Unidos se comprometía a mantener a los pueblos indios bajo control y evitar las incursiones al territorio mexicano que continuamente irrumpían a territorio mexicano, un poco contradictorio ya que a estos grupos eran equipados con armas y municiones por parte de los norteamericanos
Dentro de las negociaciones también, México trató de proteger a los que eran sus habitantes de esos territorios, así les solicitaron a Estados Unidos que les conservara sus derechos patrimoniales y sociales, tampoco se les facilitó la ciudadanía estadounidense, es decir fueron borrados. Asimismo, los derechos clericales que gozaban los sacerdotes se eliminaron y sólo se les garantizó que podían ejercer el culto libremente.
Estos exmexicanos quedaron a la deriva de un Estado que ya no los podía amparar, pero el nuevo no los resguardó, mucho menos los acogió. Sus derechos fueron eliminados, se les quitaron sus tierras y posesiones, no hablaban inglés y fueron discriminados, relegados de lo que habían conocido como suyo.
Los 2.4 millones de kilómetros cuadrados que se trasladaron a la administración de Estados Unidos y que abarcaron tan sólo dos territorios mexicanos; se subdividieron en varios estados y que hoy conocemos como Arizona, Nevada, Utah y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
Para saber más:
Ana Rosa Suárez Argüello, “La controversia porel Protocolo de Querétaro” en La Guerra nuestra con los Estados Unidos. Reflexiones 175 años después, México, INEHRM, 2024, pp. 19-54.
Erika Adán Morales
Profesora Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
Richard Caton Woodville (1848) War News from Mexico (Noticias de Guerra de México)
[1] Ana Rosa Suárez Argüello, “La controversia porel Protocolo de Querétaro” en La Guerra nuestra con los Estados Unidos. Reflexiones 175 años después, México, INEHRM,2024, pp. 19-54.
[2] Alfredo Ávila, “Fue una guerra muy costosa” en Gaceta UNAM, 3 febrero 2022 [https://www.gaceta.unam.mx/fue-una-guerra-muy-costosa/]